A Diego Muñoz Valenzuela
Luego de exigir al mercader la venta del mejor pezón de la casa, fue conducido a una sala atestada de senos.
−Escoja usted.
Con parsimonia, hasta con indolencia, se aplicó al trabajo de la degustación. Ninguno de los pezones que introdujo en su boca lo satisfizo. Sus sentencias resultaron inapelables: muy largo, demasiado vello, granos en la aureola, lentitud en la erección, grosor desproporcionado, oscuridad grosera. A pesar del cansancio mandibular de la succión, no se detuvo: sabor indecente, diámetro reducido, desmesura en la rugosidad. El mercader lo seguía de cerca para limpiar con un pañuelo el exceso de saliva.
−Señor, permítame decirle que su tienda es un asco.
Salió a la calle tan indignado que no escuchó las burlas de los transeúntes que creyeron que se había orinado en los pantalones.
Esta temática nunca ha sido de mi agrado, la evito. No es problema religioso ni nada, solo de gusto.
Eso no implica que el uso del lenguaje sea el correcto.
Muy sincera tu opinión, pero me encantaría saber… ¿qué es exactamente lo que te resulta desagradable? ¿La utilización de ciertas palabras? ¿El carácter sexual del tema? Muchas gracias por tomarte el tiempo de dejarme tu opinión.
La cosificación de la mujer. Pedazo de imbecil
Estimada o estimado. me parece que tu reacción es algo exagerada y grosera. Estamos hablando de un producto estético y usted puede opinar todo lo que quiera, por supuesto. Podrá leer otros de mis textos en esta página donde se producen otras operaciones como la cosificación del hombre, pues uno de mis temas estéticos tiene que ver precisamente con ello. Pero cuando las emociones nos obnubilan y, al opinar, busca ofender, creo que eso habla más de usted que del texto. Al decir «pedazo de imbécil» en realidad lo que está haciendo es evitar dar un argumento. El texto se trata, evidentemente, de la cosificación. Pero el texto dice algo respecto de ello. Un gran abrazo.
A prima facie el hombre autosuficiente, pagado de si mismo, es traicionado por su cerebro emocional que no puede controlar.
Muchas gracias por tu comentario, Susana. Esa era mi idea, precisamente, trabajar esa dicotomía entre la insatisfacción autoimpuesta y la respuesta física incontrolable. Comparto plenamente tu interpretación del texto. Un gran abrazo.
Deconstrucciónistas
Si bien no se entiendo su comentario, puesto que no justifica, quisiera comentarle que la intención del texto es plantear una ironía, es decir, una crítica a la moral patriarcal y a la pretensión de insatisfacción de la figura masculina que cosifica a la mujer. Esa crítica tiene que ver con las pretensiones vacías de superioridad del hombre cosificador. Pero claro, como usted fue quien me llamó más arriba «pedazo de imbécil», imagino que las emociones nublan cualquier pretensión de análisis intelectual. Un gran abrazo.
Me encantó. Una distopía breve con un toque de realidad. Un relato disruptivo y divertido. Mis felicitaciones.
Gracias por tu opinión, Patricia. Un gran abrazo.
Aunque no es de mi agrado, es una buena historia, sorprendente el final, no imaginé que terminaría así. Divertido.
Muchas gracias por tu comentario, Erika. Si bien se trata de un texto provocador, pretende ser irónico y hablar sobre las pretensiones de insatisfacción en la moral patriarcal.
Jajaja, me pareció muy divertida la forma en que lo planteaste. La discrepancia entre lo consciente y lo inconsciente, entre lo impostado y la franqueza. Es notable como en tan pocas palabras lograste instalarme en una atmosfera, que aunque hasta ahora irreal, suficientemente verosímil. Los personajes son claros y el arco narrativo impecable. Interesante la lucha del hombre (como humano) contra sí, siendo su propio antagonista. Master!
Gracias por tu comentario, Rocío. Sí, justamente ese era uno de los temas que quería plantear. Lo consciente vs. lo inconsciente. La cosificación, la falta de conexión en el acto sexual. Me pareció intersante verlo desde ese punto de vista, aunque reconozco que me han sorprendido algunas reacciones muy viscerales al texto. Muchas gracias por tu opinión.
Vale, el salivar como un río es finalmente una salida humorística en el cuento. Pero no me atrapó.
Jotace
Me encantaria escribir minirelatos. Este me gusto, pero no es mi realidad, la cosificación de la mujer y del hombre, está a la vuelta de la esquina, es concreto. El hombre tiene que pagar para tener un lugar en el mundo, lo indica el título provocador e irreverente. Y, la mujer que vende parte de su cuerpo para también tener un lugar en este mundo. Se degrada? Tal vez, no lo sabemos. Será por una buena causa.
Tienes toda la razón. En este texto pretendía justamente tratar el tema de la cosificación en la transacción sexual. Y no solo la cosificación de la mujer, sino una crítica a una masculinidad completamente desconectada. Al hombre como un sujeto en tensión entre un afán cosificador, y una negación de su propia corporalidad. me ha parecido interesante plantearlo de esta manera.
Muchas gracias por tu comentario, Pedro. Eres muy amable por tomarte el tiempo para dejarme tu opinión.
Me gusto la forma como planteas el tema, aunque a muchos les incomoda, todavia no han superado el tabú que nos ataba a las cadenas del pasado. Hoy las redes sociales están inundadas de pornografia barata, pero en tu caso, el microrelatos describe la ansiedad de un hombre en buscar sastifasción sexual, que viene a ser el reflejo del hombre común, que los hay en todas partes.
Muchas gracias por tu comentario. Claro que sí, hay una crítica a cierto tipo de masculinidad, aquella masculinidad cosificadora. Que ve a la mujer como objeto y ni siquiera puede verla completa, sino solamente una parte de ella. Pues bien, ese hombre, esa masculinidad patriarcal y sexista, está completamente desconectado. Su cuerpo está desconectado de su mente. Se presenta como un ser tan fragmentado como la mujer a la que cosifica. Un gran abrazo.
Hola Profe Sánchez como le va, hee creo que en mi humilde opinión, no me gusto mucho esta historia corta, pero creo que es un muy buena forma de relatar un corto algo erótico, pero a mi parecer no me gusto mucho, pero igual lo felicito por este pequeño relato, pero bueno me gustán mucho sus relatos, saludos profe Sánchez
Muchas gracias por tu comentario, Esteban. El texto no pretendía ser erótico bajo ningún punto de vista. Quizás grotesco, políticamente incorrecto… eso sí. Un gran abrazo.
Igualmente para usted profe Sánchez, saludos cordiales, y gracias por todo
Felicitaciones, es necesario, relatar hechos con un dejo de realidad y ficción de situaciones de ocurrencia en algún lugar del mundo.
Me hizo recordar las pasarelas de mises de Universo y, de cualquier lugar, donde los hombres miran las jóvenes con cierta lascivia.
No. No es de mi agrado. Lo encuentro grotesco. No soy feminista, pero pienso que este tipo de telato, me desgrada como mujer. Lo siento.
El Catador de senos, jajaja. He sentido en un texto tan corto muchas sensaciones extrañas, entre rabia, cosificar a la mujer, minimizar al hombre, erotizar el relato, mostrar la decadencia y finalizar con un castigo público que fueron las risas y desdén general. Un maestro en un corto de lujo. Mis felicitaciones en una narración dicotomica. Cómo me gustaría tener esa pluma para generar tanto revuelo en tan poco escritura.
Interesante historia que mezcla lo fantástico con la ciencia ficción. Me gusta que un cuento tan corto aborde lo extraño. Como diría John Banville, en El Mar: aquello tan familiar que al ser presentado de otra manera resulta desconcertante.
He pensado profesor que Sigmund Freud habría observado con mejores ojos que » El catador de senos» es una muy buena historia para entender como la «etapa oral» se asocia a las fantasías eróticas de un inconsciente satisfecho.
Es una historia metafórica sobre un hombre basto que va a comprar pezones como si fuera a una tienda, esa comparación me gusto, pero no me gustan luego las partes un poco morbosas del texto como la saliva o que se mancho el pantalón (no es mi gusto)
Me pareció un tanto grotesco, pero la realidad es que tu propio cerebro te traiciona más allá de la emoción dando paso al desenlace físico. Me gustó que en pocas palabras dices mucho.. felicitaciones JC
no me gusta el tema solo está para revistas de solo adultos.
su contrucción muy facilista y predecible, ni sentí tensión, ni sorpresano es novedoso y el micro cuento es más poético.
Es un texto cubista, genial
Es que tan magestuoso y bien preparado aparador ,que no quedo mas que desgustarlo y criticarlo,ya que tal magnitud de sabires causo que sus mandibulas fluyeran vertientes de tal sabor.
El cual llego a su pantalón.
Jajjjjjaja
Narrativa con elocuencia que atrapa al lector desde la entrada y lo obliga a llegar hasta el final. En un mundo de tanto vértigo y donde no hay pausa, este microrrelato es perfecto para digerirlo. Aunque el tema de abuso contra la mujer no es de mi agrado, le reconozco al autor su gran capacidad de poner rapidamente al lector en contexto. ejemplo para quienes nos dedicamos a escibir. Un fuerte abrazo desde Yopal- Casanare en los llanos orientales de Colombia: Jorge Lus Ospina, periodista.
Pucha, no me gustó. Entiendo que hay una elección estética respecto a la falta de sutileza, pero para gustos, colores.
La imagen disruptiva del texto, toma sentido con el final sorpresivo. Creo que puede tener una lectura que va más allá de la sexualidad y la cosificación: Toda manipulación a la larga es desenmascarada. Las palabras, la postura externa termina cayendo. Curiosamente, me trajo a la mente la política.
La verdad no me gusto, disculpa, será porque en lo personal prefiero que la lectura me lleve a lugares de conocimiento, historias de vida, historias humanas de superación y de amor, entonces su texto es muy directo y gráfico para mi, no le encuentro sentido a catar senos?? ja ja, sólo creo que los hombres demasiados obsesionados con los senos, tuvieron un problema de apego en la infancia con la madre, no amamantaron y quedaron en esa busqueda eterna, capaz esa sea el motivo de la cata en su personaje.
Saludos y gracias, por la oportunidad de opinar.
No le gustó ninguno, pero lo disfrutó.
🤣
No es de mi gusto personal esa temática.