Me observa desde el muro con la mirada lánguida del martirizado. Permanentemente. Su figura suele perturbarme y yo me acerco hacia él de vez en cuando para comprobar que sigue inmóvil. He aprendido a convivir con su rostro demacrado, a aceptar su expresión torva y hasta lo voy a echar de menos cuando vengan por mí. ¡Pero que vengan de una vez porque ya he esperado demasiado tiempo la ejecución de la sentencia! Que me lleven al cadalso, pues se me cansa el miedo y la rabia y la mudez que me ahoga en las tardes, cuando a través de la única ventana de mi celda un delgado haz de luz atraviesa el espacio silencioso para clavarse en aquel rostro de madera.
¡Qué abandonado y flaco! ¡Qué miserable! Y sobre este símbolo pretenderán construir mi discurso de despedida, aquellas palabras que el sacerdote intentará deslizarme en el oído para tranquilizarme cuando me pongan la soga al cuello. ¡Tan delgado y maltrecho el cuerpo de este salvador alucinado! Cuerpo repudiado y atormentado hasta el cansancio, cuerpo que han colgado en la pared para advertirme de que me arrepienta, pero yo no me arrepiento, yo solamente quiero bailar, bailar y recorrer la cuadratura de este espacio desparramado en contorsiones y movimientos elásticos.
Quiero bailar y volcarme en este cuerpo, el mío… este cuerpo a punto de extinguirse. Recuperarme antes de que me cuelguen en la plaza pública, apropiarme de mí como si fuera mi última víctima. Pero ahí está el otro y su muerte y sus costillas que se asoman y la herida abierta en su costado y aquel atisbo de resurrección que han intentado tallar sin éxito en la madera y que no logra convencerme de que deje de bailar.
Arrojo el colchón al piso y me obligo a ejercitar piruetas dislocadas y río a carcajadas del otro, me río en su rostro mientras brinco en una pata porque yo me quedo, porque yo no me voy, porque yo termino aquí y me despido aquí de todo. En cambio, él… ¡pobre de él!, ha debido llevarse su cuerpo a las regiones etéreas de la gloria y de las eternidades. ¡Yo no! Me pudriré bajo la tierra y albergaré gusanos en mi vientre y el símbolo de mí será mi tumba y mi esqueleto desnudo.
¡Yo decido quedarme! Así que lo tomo y lo descuelgo y lo acaricio y lo desclavo del madero para quedarme con su cuerpo rígido, con sus brazos extendidos, con sus piernas unidas como un puñal. ¡Adiós!, le digo, porque yo me quedo y me quito la camisa y respiro profundo, muy profundo, y permito que sus piernas me abran de golpe las entrañas.
muy bueno
Muchas gracias por tu comentario, Gustavo.
Uf qué dramático, pero consecuente con la locura de una sentencia de muerte!
Así es. Se trata de un personaje complejo, que está transitando un proceso muy tenso. Gracias por tu comentario.
Es disruptiva la visión del condenado respecto del Cristo, interesante monólogo interior. Es feroz la resolución. Excelente cuento. Muy preciso
Muchas gracias por tu comentario, Rocío. Se trata de un relato muy corto, en donde, más que intentar condensar mucha información, preferí dejar los vacíos para que cada lector interprete el texto a su manera.
Entonces Jotacé, mi manera de interpretar es que se suicida dentro de su desespero por la agonía de la espera de su condena a muerte que no llega. Dentro de su locura dice no estar arrepentido pero lo está claramente.
Gracias por incluirme en tus contactos
Muchas gracias por tu comentario, Nancy. Es muy estimulante para mí notar cómo, en tan pocas líneas, podemos generar tantas interpretaciones en la mente de los lectores. te agradezco mucho que te hayas tomado el tiempo de dejarme tus impresiones. Lo valoro muchísimo.
Muy buenas las imágenes. Me gustó mucho. Gracias.
Muchas gracias por tu comentario, Doris.
La muerte no es figura somos nosotros mismos
Muchas gracias por tu comentario, Ricardo. Sin embargo, no logro comprender bien lo que quieres decir. ¿Serías tan amable de explicarme un poco mejor?
Me gustó la idea del relato, me costó imaginarme al preso hablando con el crucificado, puede ser por el lenguaje empleado, no me imaginé a un preso con tan buen vocabulario.
Gracias por tu comentario, Arturo. Efectivamente se produce una disociación entre el personaje y el vocabulario empleado, es cierto. Sin embargo, no sabemos qué tipo de preso es. Podría ser un aristócrata o un simple ladrón. Te envío un gran abrazo.
Pensé en eso, más que nada si era otra época histórica. Sería bueno decirlo en algún momento para poder sentir con el condenado y efectivamente percibir su agonía.
Consideraré tu sugerencia. Creo que es una muy buena crítica. Muchas gracias.
Bastante transgresor resultará para los creyentes la cruda imagen del crucifijo usado como arma suicida. Un monólogo interior que bien podrías transformar en indirecto libre!
¡Touché! Ja, ja, ja. Muchas gracias por tu comentario, Santiago. Sí, podría haber utilizado la técnica del indirecto libre, sin duda.
Me asombra la capacidad de hacer un relato de tan sólo un momento en la vida. Fuerte y desfiante con un dejo de verdad, cruel y real. Me gustó aunque me impactó el final.
Muchas gracias por tu comentario, Magaly. Efectivamente, creo que la clave de un buen relato es precisamente esa: centrarse en una escena, en un solo momento del periplo del protagonista. De ese modo podemos mantener la atención de los lectores.
Me gusta cómo escribes, relatos reales de situaciones reales y asumibles por ser nuestras, de nuestra gente, nuestras calles, nuestras costumbres. Leí todos los relatos. Me gustaría tener esa capacidad. A veces siento que debiera tener mi cabeza asociada a una mano para poder escribir todo lo que pasa por mi mente, todo lo que he vivido, todo lo que concluyo. En fin… te felicito por lo que logras.
Muchas gracias. Me halaga que hayas leído todos los textos. la escritura, como todas las cosas, es también una cuestión de práctica. Te recomiendo practicar y practicar. y sobre todo estudiar. Hay muchas técnicas que aprender. Un gran abrazo.
Muy bueno interesante la vida y la muerte ahí presentes y el salvador representado en un cristo sufriente
Muchas gracias por tu comentario, Elías. Efectivamente quise trabajar esa dicotomía entre impulsos vitales como el baile, e impulsos de muerte. Me alegra que lo hayas notado.
JC… cordial saludo. Una historia interesante por el contraste entre la vida y la muerte. Una imagen en un madero inerte y el protagonista con la vida en movimiento que predomina al final. Un lenguaje dinámico que lleva al lector a conocer el sitio y los pensamientos del condenado. Adicionaría un poco más de dramatismo del condenado ante la semejanza que lo llevaría a ese estado de inercia.
Muchas gracias por tus sugerencias, Hermes. Te encuentro toda la razón. Quizás el relato es demasiado corto. Un par de pinceladas más me hubieran permitido pintar mejor al protagonista.
El título tan sugerente como la narración. El ansia de creer apagado por la voz interna de la desazón, la desesperanza y la desilusión con un intento de sentirse ganador. Es el tipo de relatos que me resulta atractivo.
Muchas gracias por tu comentario, Lily. Yo también creo que hay una tensión, efectivamente, entre los deseos de creer del protagonista y su desesperanza. Qué linda lectura has hecho. te lo agradezco,
Con sus luces y sombras ambos. El Salvador visto en la vulnerabilidad de su imagen en contraste con su trascendencia y el homicida, lleno de vida, que decide su muerte valiéndose de él para cumplir su propósito. Bueno y breve, deja para múltiples interpretaciones.
Maravillosa lectura, Jeannette. muchas gracias por compartírmela. Efectivamente es un relato de contrastes. Al menos eso intenté hacer y tu comentario me da la esperanza de haberlo logrado. Eres una lectora muy perspicaz. Te agradezco mucho que te hayas tomado el tiempo de comentar.
Coherente con las circunstancias. Excepcionalmente triste y preparándose para la partida. Lindamente expresado.
;Muchas gracias por tu comentario, Rosa María. Me alegra que te haya resultado interesante el relato.
Muy bueno.
Muchas gracias, Ronnie. Me alegra que te haya resultado interesante el relato.
Me gustó mucho el paralelo entre los personajes a través de la relación polarizada entre sus dos cuerpos/almas. Más aún con el final que estrecha esa relación y resuelve su dicotomía., como si se hicieran uno en el gesto final.
Muchas gracias por tu comentario. Me gusta mucho tu lectura de que ambos, condenado y figura de madera se vuelven uno al final. No lo había considerado. Es un elemento muy interesante para trabajar. Te agradezco que tan amablemente me des esta nueva perspectiva. Un abrazo.
Hola me gustó mucho es un monólogo donde alguien a punto de morir desahoga su pena con lo malo de Cristo que han enseñado en las iglesias de un Cristo que sufre y el personaje para mi lo toma para su propio sufrimiento, olvidando lo bueno como querer bailar, me tomo el baile como la alegría, pero solo lo imaginó bueno algo así lo leeré nuevamente más tarde, pero esta muy bueno.
Muchas gracias por tu comentario, Lesbia. Sobre todo por tu interpretación del cuento. Efectivamente hay una dicotomía entre el baile y la figura de Cristo crucificado. Me gusta la interpretación que le das, acerca de que el personaje proyecta su propio sufrimiento en la figura del martirizado. Muy interesante lectura. No lo había visto desde esa perspectiva.
Me gustó, sobre todo el giro qué le das al final.
Muchas gracias por tu comentario, Luis.
Me encanto! Sentí su locura y me erizo la piel.
Muchas gracias por tu comentario. Si se te erizó la piel, entonces me siento satisfecho como escritor, pues logré movilizar tus emociones. te agradezco que me lo compartas. Un abrazo.
Me gustó el relato Jotacé. Tal vez a muchas personas no les agrade,
pero es una muy buena historia y tan bien narrada que nos lleva a empatizar con el
protagonista en su sentir.
Buenísimas imágenes y frases como: se me cansa el miedo… Me gustaron mucho.
Muchas gracias por tu comentario, Selma. Quizás la imagen de un crucifijo hundiéndose en las entrañas del protagonista sea algo fuerte, pero me pareció muy plástica y completamente simbólica. Te gradezco que te hayas tomado el tiempo de comentar.
Muy bueno. Agradezco que lo haya compartido. Me impresionó fuertemente.
Muchas gracias. me alegra mucho que el relato te haya gustado.
Me parece un relato profundo que permite apreciar varios aspectos. El más potente, a mi parecer, es la imagen de Cristo que para el condenado podría significar esperanza, un modelo de vida e incluso desesperanza. Sin embargo finalmente sólo resultó ser un instrumento con el cual terminar el sufrimiento de la espera dejando de lado todo el significado espiritual que la presencia del crucifijo tenía como objetivo en esa celda.
Buenísimo. Gracias Jotacé
Muchas gracias por tu comentario. Sobre todo por tu análisis. Me gusta esa imagen que construyes del crucifijo como un instrumento para terminar con el sufrimiento. Yo pensé en la diferencia entre la imagen de un cuerpo que se eleva, que no se queda en la tierra, con la imagen del cuerpo sufriente que, al final, asciende al cielo. Y ahí se mueve el protagonista. Te felicito por tu capacidad de lectura.
Impactante el final y además ese final devela el verdadero estado emocional del condenado a muerte.
Muchas gracias por tu comentario,. Viviana.
Interesante, me gustó mucho. El monólogo interior está buenísimo
Muchas gracias por tu comentario, Maca. te envío un gran abrazo.
Sublime
Muchas gracias por tu comentario, Fabíán.
Me parecio muy humano,
La imagen del Cristo es una invitación a abandonarse, a confiar el El a entregarle a El su destino.
Sin embargo el condenado no esta dispuesto, quiere bailar que en definitiva es estar en control de su cuerpo y del pequeño espacio que posee, El se queda porque es su desicion la ultima voluntad , sobre lo que cree o quiere tener control. No me rindo ante la muchedumbre ni ante Ti
Muchas gracias por tu comentario, Jacqueline. Me encantó tu interpretación. Efectivamente el crucifijo es una invitación a abandonarse, como tú dices. Muy linda metáfora. Y este personaje, tal como dices, no quiere abandonarse, si no bailar, tener el control de su cuerpo. No había visto ese punto, sinceramente. Y me ha encantado.
Quedé fascinado con el tipo de relato, el final me descolocó y no me gustó que el Cristo fuera tu ejecutor. Saludos JC
Muchas gracias por tu comentario, Héctor. Has sido muy amable en tomarte el tiempo para dejarme tus impresiones. Las valoro mucho.
Muy buen relato, intenso aún pienso en el…
Te felicito JC escribes muy bien
Muchas gracias por tu comentario, Leticia. Qué gran piropo es que me digas que te quedaste pensando en el relato. Con eso me doy por satisfecho. Te envío un gran abrazo.
No me agrado el monologo interior, se explaye mucho y expresa pocos sentimientos en ese momento duro del final de la vida, no creo que en ese estado alguien se dedique a recriminar al otro, a la figura del madero. Tal vez pensar en lo que no hizo bien, recordar a su madre, solicitar un perdón, sentir dolor por algo profundo, no sé, pero no filosofar sobre el crucificado , la resurrección y el estado post morten.
Muchas gracias por tu comentario, Claudio. Me llama la atención lo que me indicas, puesto que se trata de un juicio extra-literario. Sin embargo agradezco mucho que me hagas ver tu disconformidad respecto de la temática, Efectivamente no ha sido mi intención como autor construir a un personaje arrepentido o que manifestase dolor. Ese no es el objetivo del cuento, sino justamente lo que a ti te ha desagradado: hacer una reflexión más bien filosófica. Coincido contigo, por cierto, en que el relato pueda no ser realista. En efecto no lo es. Te envío un gran abrazo y te agradezco muy sinceramente que te hayas tomado el tiempo de comentar este relato.
El fragmento que has proporcionado muestra un perfil psicológico intenso y complejo, caracterizado por una mezcla de emociones, conflictos internos y una relación ambivalente con la figura que se describe. Aquí hay algunos aspectos destacados del perfil psicológico junto con los recursos literarios presentes en el texto:
Conflicto emocional: El narrador experimenta una combinación de emociones, que incluyen miedo, ansiedad, rabia, desafío y resignación. Esta mezcla de sentimientos sugiere una lucha interna profunda y contradictoria.
Obsesión y conexión con la figura: El narrador se siente obsesionado por la figura que lo observa desde el muro. Esta obsesión refleja su preocupación constante por su propia situación y la presencia de la figura como una representación tangible de su destino inminente.
Autoafirmación y negación: El narrador muestra un fuerte deseo de mantener su identidad y resistir la condena. Quiere mantenerse fuerte y desafiar la figura en el muro, lo que indica una lucha interna por mantener su dignidad y autoestima.
Imágenes visuales: El texto utiliza una rica descripción visual para pintar la escena y las emociones del narrador. Las imágenes, como «mirada lánguida del martirizado», «expresión torva», «rostro demacrado», «delgado haz de luz», contribuyen a crear una atmósfera intensa y vívida.
Simbolismo: La figura en el muro representa un símbolo que desencadena una serie de pensamientos y emociones en el narrador. Esta figura simboliza tanto la confrontación con la propia mortalidad como una especie de juicio interno.
Contraste y dualidad: El contraste entre el narrador y la figura en el muro resalta las diferencias emocionales y psicológicas entre los dos. Esta dualidad contribuye a la tensión y al conflicto interno del narrador.
Repetición y ritmo: La repetición de las frases y las palabras en el texto («¡Pero que vengan de una vez!», «¡Qué abandonado y flaco!», «¡Yo no!») crea un ritmo que refuerza las emociones intensas y la urgencia de las reflexiones del narrador.
Metáforas y similes: El narrador utiliza metáforas y similes para describir su relación con la figura en el muro y sus propias emociones. Por ejemplo, compara la figura con un «salvador alucinado» y su cuerpo con un «símbolo» que construirá su «discurso de despedida».
En resumen, el perfil psicológico en el fragmento se caracteriza por la lucha interna, la obsesión, la negación, la autoafirmación y la ambivalencia emocional. Los recursos literarios utilizados en el texto ayudan a crear una experiencia visual y emocional intensa para el lector.
¡Hola Rick! Muchas gracias por realizar este ejercicio. Un gran abrazo.
Me pareció excelente como monólogo interior, un personaje desahuciado frente a Cristo. Manifiesta su desilución extrema, la vida que se acaba, con risas,bailes..raro no? pero posible.Excelente giro,me gustó mucho.
Muchas gracias por tu comentario, Susana. Un gran abrazo.
EXCELENTE
Muchas gracias.
una extraordinaria analogía de la entrega a lo divino en momentos de gran desgarro emocional y aflicción humana, donde el suicidio es la única solución de libertad.
Así es. Aquí el personaje, finalmente, decide quedarse, tomar las riendas de su propia muerte. Un gran abrazo.
FALTÓ QUE RECITARA…QUE ALGUIEN ME PRESTE UNA ESCALERA, PARA BAJAR A JESÚS DEL MADERO; BUENO, NO IMPORTA, QUE SERRAT LO CANTE..!
ja, ja, ja. Muchas gracias por traer a colación a Serrat. Un gran abrazo.
Hola estimado J. C. Un fraternal abrazo. Me gusta mucho tu relato, porque aunque la muerte del sentenciado sea rápido; mira compasivo el Cristo y se despide. Muy buen relato.
Muchas gracias por tu comentario, Alicia. Lo valoro mucho.
Un relato coherente de un condenado a muerte frente a la cruz, simbolo de redención para muchos ante la inminente partida, de este mundo.
Creo que te he dicho que me gustan tus relatos. Me gustó mucho. Felicidades JC. Saludos
Me alegra mucho saber que te gustan mis relatos. Muchas gracias por tomarte el tiempo de decírmelo. Un gran abrazo.
Excelente relato lo invita a reflexionar acerca de las marcas que sufrió el crucificado. Dramático y certero.
Muchas gracias por tu comentario, Elise. Eres muy amable en tomarte el tiempo para dejarme tus impresiones.
Que buen relato profe Sanchéz, me llega en el alma, a quienes creemos en Dios, en mi caso, siento que este pequeño relato, nos hace reflexionar lo humanos que podemos llegar a ser, gracias por tan buen relato profe Sanchéz saludos, posdata, cuando tenemos charlas de literatura, eso gracias que tenga un buen día.
Hola Esteban. Muchas gracias por tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado este breve relato. Sí, efectivamente es muy intenso. Cuando tenga otra charla literaria les avisaré por email.
Que terrible JC, que el cristo haya ayudado al condenado de la manera más brutal, quizás me habría gustado que encontrara en el algo de solaz a su sufrimiento. Pero me gustó el cuento
Muchas gracias por tu comentario, Rafael. Así es, es una cuestión bien dicotómica. Una figura que debería traer consuelo, en este caso ayuda al prisionero a terminar con su vida.
Buen relato Jotacé, Coincido con lo del vocabulario de un reo, pero es interesante y te agarra hasta el final. Gracias.
Gracias por tu comentario, Juan Carlos. Creo que tendré que especificar que se trata de un reo educado ja, ja, ja. Pero sí, lo tendré en consideración para editarlo. Un gran abrazo.
¡Fuerte e intenso! Lo leí rápido y la acción la sentí un cressendo… Fui testigo de su triunfo. Me gustó.
«in crescendo»
en una palabra DRAMATICO
Interesante, único, terrible. Crea polémica religiosa, pero también plantea la existencia de otra vida, o de otra locura.
Si me encanto, no tanto el de las formas del Amor.
Me encantó el cuento, la temática, bien escrito y, creativo.
Hola jc, que sincero y de profundidad.
Este hombre condenado a muerte en tanto espera la hora de su ejecución, se compara con el Cristo el cual permanece inmanente en la mente de las personas y en las imágenes colgadas mientras que él al ser ejecutado al ser enterrado se desintegrará y ya no quedará de él ni siquiera un recuerdo o una pizcade su ser físico. Comparándose con el Cristo, considera que es una ventaja para él desaparecer del todo. Ahí en él lógicamente mucha amargura cuando habla de la expresión del rostro del Cristo como expresión torva por lo general en los cristos en los crucifijos las expresiones son de persona exánime o de persona con mucho dolor pero no de persona torva o sea rencorosa rencorosa.
Cuando dice apropiarme de mí como si fuera mi última víctima lo interpreto como por fin es el momento en que ya es libre para hacer lo que quiera sin importarle lo más mínimo así sea que se agreda o no él mismo.
Cuando expresa «se me cansa el miedo» ahí para mí ,está la clave de todo. A pesar de su expresión de hastío en el subyace el miedo por ese momento definitivo de la ejecución.
Este relato nos lleva como espectadores a sentir cierta empatía por aquel hombre que está en sus últimos momentos y acude con desesperación a reflexiones que para él son en cierta forma un desahogo.
Muy dramático con un poco de locura desesperado genial saludos
yo decido quedarme!…relato transgresor, nos muestra la desesperación, miedo, soledad, lástima, desidia, libre albedrío, en una visión humana de quien no tiene nada en sus manos mas que la libertad de quitarse la vida, ya sea por valentía o cobardía, transformando un símbolo tan profundo e inmenso como el crucifijo en la salida desesperada hacia la libertad eterna.
Me gustó
Muy bueno, dramático por las circunstancias que vive el personaje entre su agonía y su paso hacia la libertad. Gracias por incluirme en tus contactos.