Danza de muerte, por Santiago Chávez

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Miré con nostalgia el brilloso mango de la guadaña y deslicé con suavidad mis óseos dedos sobre el filo, a esta altura mellado. “Todo ha terminado ya”, me dije.  ¡Cuántas vidas segadas! Recordé el primer trabajo, el que nunca se olvida, cuando tembloroso empuñé la incólume herramienta y asesté un guadañazo que ahora recuerdo como débil e impreciso. Después salté a los muchos golpes que le siguieron, y que fueron mejorando, a los malabares que tuve que hacer para seguirle el ritmo a los humanos, a mi destreza, eficiencia, ubicuidad y sobre todo a lo puntual que siempre fui, mi más preciado don.

De pie ahí, frente a mi herramienta de trabajo, noté que después de tanto uso lucía remiendos, que se hicieron permanentes, y un desgaste notorio. Las últimas tareas habían concluido bien gracias a una reparación de emergencia. Al final ya todo era asunto de pericia. Si a un novato le hubiesen encargado tal cosa, es probable que la complicación lo paralizara o que reclamara porque no tenía los medios necesarios o qué sé yo. Para mí, después de tantas faenas, fue natural saltar ese escollo.

Al principio debí esperar mucho tiempo para ejercer; después, cuando fue el momento, fui aprendiendo de cada caso y sus particularidades. Recuerdo la primera vez en que presencié a dos grupos enfrentándose en forma violenta. Tomé muchas vidas una tras otra, en todo caso una ínfima parte de las que arrebaté después. Para hacerlo, ejecuté una secuencia perfecta de cortes precisos y certeros, y estuve orgulloso de eso por mucho tiempo. Ahora lo recuerdo con satisfacción.

Tal acción resultó ser una especie danza y eso fue un hallazgo para mí. En esa ocasión me deslicé de un humano a otro, en forma armoniosa, para arrancarles la vida en su momento. Ni antes, ni después. Pasados los siglos, eso me sirvió mucho cuando había grandes batallas o bombardeos, por ejemplo. En esos casos, la cadencia que se consigue con el baile es fundamental para cumplir con el trabajo, no hay espacio para el error. Un movimiento previo da el impulso para el siguiente y sirve para generar otro y en cada uno debe ser posible segar varias vidas.

Es mentira que alguna vez erré el tiempo y el lugar. Son solo leyendas. Es mentira que alguna vez busqué a alguien que se escabullía de mí, una y otra vez y que lo encontré en una ciudad lejana. Siempre supe el cuando y el donde y cada vez llegué a tiempo, además que no podría haber sido de otra manera. Nunca hubo relajo, pues entre las causas naturales y las manos homicidas, tuve laburo constante por todo el globo.

Hubo tiempos en que no descansé ni un mísero segundo e incluso debí recurrir a atajos dimensionales para cumplir con cada encuentro. Y con el devenir de la historia fue más intenso todavía. Para mí, todo eso era como ejecutar una sinfonía en la que tocara varios instrumentos y que parecía no acabar.

No fui pueril con mi labor, no me exhibí como una superestrella, ni hice de mi trabajo una vil farándula. Vine, obré y salí. Pocos me vieron, algunos me vislumbraron, muchos nunca supieron cuando llegué a ultimarles y menos como efectivamente les di la final acometida. Siempre logré mi objetivo, conseguí irme con las almas en la bolsa. Si alguno me esperó “más de la cuenta” o “no  llegué a la hora” es que no era su tiempo. Hubo ciertos comentarios que trataron de difamarme por mi “actuar lento”, pero eso no es cierto. Las percepciones de los humanos son subjetivas y, además, me culpan por sus agonías, que no son de mi responsabilidad. Mi misión: cortar el hilo de la vida y para eso tengo un toque. Es exclusivamente mío. Es mi toque mortal.

 Si alguna vez alguno creyó que era el autor de una muerte, estuvo errado, pues ese alguien podría haber atacado a otro con saña y en repetidas secuencias, pero solo yo puedo segar las vidas. El agresor es culpable de sus sentimientos, de sus pasiones, de sus intenciones y con eso basta para culparle. Lo otro, es mío.

Muchas veces saqué a múltiples almas de una explosión, de un incendio, de una estampida para que no se destruyeran sus cuerpos antes de ser extraídos. La visión de lo siguiente, el momento de la desintegración de la materialidad, al principio me impresionaba de sobremanera e hizo que me cuestionara si debía continuar, mas con el transcurrir de los siglos fui acostumbrándome a tales cosas.

Hubo extraños casos de personas que parecían abandonar su existencia sobre la faz de la tierra, pero no estaban en mi agenda y al final “volvían a la vida”. Todo el tiempo que “vivieron de más” pensaron que yo había tenido algo que ver. ¡Yo nunca estuve ahí! Era en realidad que su hora no había llegado y cuando fue su momento, concurrí presuroso, para exhibir mi singular toque, y como siempre, sin involucrar las emociones. Solo fui eficiente y certero.

Este toque mortal ya no sirve más, pues está la tarea cumplida. Todos los humanos están muertos, ya no hay sujetos deambulando por la tierra que ahora es mayormente un yermo venteado y pedregoso. No hay envidias ni celos, ni luchas por el poder. Se acabaron los contubernios y las manos asesinas, las enfermedades, los ataques, los accidentes. Nada impide a las escasas aguas fluir por sus cauces naturales, ni conmina al petróleo a emerger de su calma paleozoica. Ya nadie intenta salir del orbe para conquistar los asteroides, las lunas u otros planetas, ni tiene la oportunidad de contaminar a diestra y siniestra. Ya nadie retuerce a la naturaleza para buscar la máxima expresión y después ufanarse y cobrar royalties.

Ha vuelto la calma. El silencio de las escasas plantas creciendo y llenando los rincones posibles, el ruido del viento moviéndose sobre la faz de las charcas y las tinieblas tratando de apoderarse de lo que queda.

Será mi tiempo de descansar, pues esta jornada de millones de años ha sido larga y ya no queda nada por hacer.

Supongo que me merezco ese descanso y después veré, en unos cuantos millones de años. Hasta entonces.

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51 Comentarios. Dejar nuevo

  • Giorgiana Diaz Alcantar
    31 enero, 2023 9:17 am

    Santiago, te felicito, me encantó!!
    Me imagine su danza en plena pandemia y lo agotador que sería dar su golpe certero… Sin involucrar sentimientos. Me imagino que hasta para la muerte fue un episodio traumatico que recordará por siglos.

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    • Giorgiana, gracias por ser la primera en comentar y notar lo de la danza. Para su trabajo se convirtió en EL descubrimiento. Y, por cierto, da título al relato.
      Cuando los asteroides se queden a la deriva, agujereados, las lunas devastadas por la plaga humana, la Muerte recordará todo el trabajo que tuvo segando vidas en estos días.
      ¡Saludos!

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      • Ruth Elgueta Estrada
        31 enero, 2023 10:44 pm

        ,»Nadie se muere el día antes». Así dicen allá en Magallanes, donde el viento y el frío semejan guadañas. Nadie es culpable, entonces, ni los muertos ni los «respirantes’ porque es solo la muerte haciendo su trabajo. Muy interesante el relato aunque a veces mueva a confusión.

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        • ¡Qué buena frase! Sabiduría austral. Gracias por tus comentarios. Por favor aclárame donde está tu confusión.

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          • Inicialmente pensé que se trataba de un muerto hablando en primera persona; luego pensé que era la guadaña para, finalmente, darme cuenta que era la misma Muerte. ¿Te diste cuenta que la Muerte hace lo mismo que todos? Intenta justificar sus actos sin disculparse siquiera.

  • Juan Carlos Muñoz
    31 enero, 2023 9:19 am

    Hola. Interesante punto de vista. Me gustó que fuera como un psicópata, con su toc de la puntualidad. Algo de sicario, algo de asesino serial. Bueno. Buen texto. Felicidades.

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  • La muerte, una temática compleja y temida socialmente, pero en este caso el “protagonista” se humaniza mágicamente.

    El relato es entretenido, y el autor logra describir al protagonista dándole “vida”
    Me encanto
    Felicitaciones !

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  • Marmaduque castro
    31 enero, 2023 11:11 am

    En algún momento me confundí; creí que la guadaña era la protagonista y las víctimas los manojos de sebada o trigo .pensé en que tanta muerte o vida segada sin propósito . No correspondía.y además ecologista. Entretenido mal negocio para la guadañera quedarse sin almas para trabajar.

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  • Selvya Soto Latorre
    31 enero, 2023 12:04 pm

    Me gusto la narrativa sobre la..muerte.la forma cruel al comienzo..humaniza el final.muy bueno.

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  • Excelente relato. Me llevó hasta el final con interés. Muy buen final. Felicitaciones.

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  • Que buen relato. Bien narrado y bien escrito. Interesante como «la muerte» en este caso es un personaje masculino. Felicitaciones Santiago.

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    • Eso de la muerte como masculino salió en forma natural. No podría decir que está «inspirado», pero si a causa de un conocido que se «creía la muerte» y era muy capo en lo que hacía, pero igual le llegó su hora. Se me mezclaron esos conceptos. Entonces lo escribí desde su perspectiva. Gracias por tus palabras.

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      • Súper. Por acá en la página de JC hay un cuento de mi autoría en estilo carnavalesco titulado «El cumpleaños» (de la muerte), donde el mismo protagonista de tu cuento es femenino. Un abrazo.

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        • Ronnie, muy divertido tu relato. Me gustó el uso del lenguaje coloquial, las palabras que en sí son divertidas. No hay cabos sueltos, todo se resuelve. Es hilarante eso de «casi se muere de la impresión» y otras más, pero esa en especial. En tu cuento la muerte no está sola y se después de divertirse y retomar la tarea los humanos empiezan a morirse de Tristeza, de Soledad…
          Genial! Felicitaciones

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  • Martha A. Uribe
    31 enero, 2023 12:50 pm

    La narrativa atrapa, el protagonismo de la guadaña se va diluyendo lentamente y lo entrega a la muerte, y este a su vez, a la vida. Excelente manejo de opuestos, una muerte humanizada que respeta la vida. Felicidades!

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    • No me había dado cuenta acerca del protagonismo escurridizo del que mencionas. ¡Qué buena observación! Eso me ha dado una idea. Ojalá no se quede en eso. Gracias por tus comentarios.

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  • Muy bueno, felicidades al autor

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  • La muerte en sí es un fenómeno natural como la vida.Ella se muestra cruel con él género humano pero al final se humaniza y da un toque final esperando nuevas formas de comenzar.
    Buena y con mucho movimiento la narración.

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    • Creo que la crueldad es parte de la primera impresión respecto del tema y sobre todo del título (le tenemos temor a la Muerte). Después es bastante claro que su función siempre ha sido eso, un trabajo que ejecuta con eficiencia, destreza y puntualidad. Saludos. Gracias por comentar

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  • Natasha Valdés
    31 enero, 2023 1:56 pm

    Excelente, creativo, mantiene la tensión y un buen final. kudos

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  • carmen sarue
    31 enero, 2023 2:03 pm

    me gusto mucho. Solo el titulo me dio escalofrios pero finalmente fue tan entretenido que con tu manera de relatarlo , tan rico en palabras, bien armado y escrito, que me encanto la imagen del que pone fin ..bravo al escritor

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    • Pensé bastante si ese era el título adecuado y sí. Su descubrimiento de la danza moviéndose de un humano a otro, aprovechando el impulso para asestar el siguiente guadañazo, lo deja satisfecho y perfecciona la coreografía con el correr del tiempo. Bravo que lo aprecies.

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  • Susana Buffelli
    31 enero, 2023 2:14 pm

    Me costó tomar la desicion de leerlo…
    después lo leí varias veces.
    Muy bueno!

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    • Que bueno que superaste la primera impresión. Supongo por el título. Que lo leyeras varias veces significa que te resultó interesante o que no se entendía ¿? Saludos

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  • Susana Buffelli
    31 enero, 2023 3:31 pm

    Me resultó interesante!!!.. sobre todo tu imaginación y la forma de contar.
    Felicitaciones 💐

    Responder
  • Muy entretenida la reflexión que realiza la muerte. Me atrapó hasta el final. ¡Gracias y felicitaciones!

    Responder
  • Iván Olguín
    31 enero, 2023 9:54 pm

    Escribí un comentario desde el teléfono y se apagó antes de poder enviarlo :’)
    La vida de la Muerte una vez que no hay vida, y por lo tanto no hay muerte ¿sigue existiendo La Muerte? , si es así, ese ser es algo más que la «muerte encarnada» y ya estaría en condiciones de cuestionarse su actuar jajaj
    Me gustó tu texto Santiago, se aleja un poco de la estructura tradicional del relato, es más bien un soliloquio, (ya lo dice Jotacé en su correo), yo no sé mucho sobre el soliloquio, pero si un texto entretiene, entretiene.
    Aprovecha es buena pluma!

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    • Gracias por tus comentarios. Quizá después que se extinguen los humanos, le asignan otra especie de seres a quienes segar. Puede que haga una capacitación y vaya eliminando IAs por el universo, donde las encuentre. Falta que hará en el futuro.
      No sé la causa, pero en estos días se me está dando el soliloquio más que otro tipo de relato. Tenía un cuento pero no alcancé a terminarlo y estaba quedando muy largo.
      Saludos.
      P.D. Cambia de teléfono.

      Responder
  • Curioso soliloquio visto, obviamente desde el punto de vista humano. Claro, es el hombre el que le da esa connotación a la muerte. Un ser que tiene la tarea de transformar la «materia orgánica viva» o seres vivos entre los que estamos los humanos, para que nazcan, de esa materia que se va transformando dando paso a otra suerte de vida que, irremediablemente vivirá el mismo proceso: nacer, vivir, multiplicarse y morir, para dar vida nuevamente. La muerte no es cruel, ni se humaniza, ni sabe, ni siente, ni cree. Solamente cumple el mandato natural de renovar la materia dando vida a otras especies, dentro, claro, de otros fenómenos que lo posibilitan.
    Pero es fascinante darle, como en tu relato, una personalidad viva, pensante, que aclara que sólo cumple con su tarea en el momento preciso, no antes, no después ylo que el humano piense de ella, ella lo deshecha.
    Felicitaciones, un soliloquio entretenido.

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  • Sí me gustó aunque muy violento….no me queda claro quién es el personaje que mata y quita las almas de los cuerpos…..encontré algunas faltas de ortografía como la palabra «segar»…..tengo la duda si será «sesgar » la correcta y faltan varios acentos en «fuí» y una palabras «más»,en el contexto que allí es usada. …pero el relato está muy bien narrado….congratulaciones querido amigo…»un soñador místico»…..de su amiga «soñadora pero muy terrenal»…………un abrazo

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  • Sonia Delgado Briones
    2 febrero, 2023 3:09 pm

    A poco avanzar pensé que sólo podía ser la Muerte quién actuara de ésa forma tan precisa y «puntual» porque estoy segura que es ella la única que llega en el momento preciso, ni un segundo antes ni después. Te felicito, logras mantener la atención por llegar hasta el final de la narración, y encontrarse con una Muerte que nos dice la verdad de cómo está nuestro planeta, estoy segura que es lo que tiene que ocurrir para empezar de nuevo, pero… Aprenderemos?

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  • Esteban Andrés Soto Quintana
    2 febrero, 2023 5:51 pm

    Una muy buen historia acerca de la Muerte, me encanto esta historia en la que ya estamos por cumplir un siclo de vida, muchas felicidades por esta grandiosa historia.

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  • Imposible no imaginar a la pelá (muerte) arrancando cabezas por donde camina y luego sentarse agotada a un costado del camino. Me encantó. Tu relato me provocó ternura por este ser que no muchos quieren.

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  • Sonia Delgado Briones
    3 febrero, 2023 3:33 pm

    Señora Rosa Varas, la palabra «segar» está bien empleada en el contexto de la narración, que significa » cortar con hoz o guadaña en forma brusca el desarrollo de algo…. Gracias.

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    • Desafortunadamente envié el comentario sin chequear previamente lo que estaba asegurando,me siento avergonzada por mi pésimo comentario y pido disculpas al autor…..solicité al Sr. JC Sánchez que lo eliminará,que deseaba escribir otro comentario,pero no he recibido respuesta….espero que ésto sea posible.

      Responder
  • Orlando Marcelo Varas
    27 febrero, 2023 11:27 pm

    El relato me gustó harto, me entretuvo, divirtió. Nunca había escuchado a la señora muerte hablando en primera persona, aunque creo que debe existir bastante literatura y cine de aquello. Me hizo recordar una peli llamada “Conoces a Joe Black ?”, con Brad Pitt.
    Excelente.

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