–Vecinos y vecinas, pobladores de ésta, la querida y nunca bien ponderada población “Plumas Verdes”, como le pusieron los primeros habitantes, por estar situada en la “concha e´la lora”. Ustedes saben que no podemos reunirnos más de 20 personas por aforo, pero ustedes saben también que, “hecha la ley, hecha la trampa”. No vayan a creer que somos tramposos… ¡Nooo! Para nada. Se viene la Semana Santa y todos somos muy respetuosos de ella, haremos abstinencia de la carne, DE TODA LA CARNE, ¿me oyeron mis estimados y estimadas? Entonces, haremos la previa, después de la presentación de nuestro artista invitado, iremos al comedor, porque tenemos un “vituperio” de padre y señor nuestro, además de un bailongo cumbianchero y sabrosón.
El animador, con toda solemnidad, presentó a su invitado.
–Vecinos y vecinas, amigos todos, tengo el alto honor de presentar a un gran cantante de tangos, quien ha recorrido la Patagonia argentina y chilena, entregando su repertorio a selectos públicos. Recibamos con un fuerte aplauso al gran cantante ¡Valentín Federico!
Mientras aplaudíamos, apareció por detrás de unas cortinas, un hombre de unos 75 años, vestido con un pantalón negro mal planchado, una chaqueta verde desteñida y un peluquín que, a todas vistas, se notaba que nunca lo había lavado. Hizo una reverencia, tomó el micrófono e indicó que comenzara la música. Esperó los primeros compases y cuando se acercó al borde del escenario, no se fijó, cayendo hacia adelante. Saltó el micrófono y el bisoñé. Las carcajadas no demoraron en aparecer, algunos agarraron al viejo lo levantaron en andas, tomaron el peluquín, se lo pusieron de cualquier modo y lo pasearon. Él no se molestó, dejó hacer, total la fiesta había comenzado y nos esperaba una larga noche de parranda.
Había asado de cordero, chancho, pollo, papas, ensaladas de todo tipo, pebre y vino como “para bañar yegüas”. Era “tenedor libre”, cada uno se servía lo que quería y se acomodaba donde estimara conveniente.
Como a la una ya no había niños, las mamás se los habían llevado a dormir. A eso de las tres de la mañana, yo estaba medio “cocío”, pero medio nomás, le saqué la “película” a toditos. En el centro del salón, las parejas bailaban, cantaban, gritaban: “todos abajo”, “así, así”; “todos arriba”, “saltando, saltando”. Se escuchaba a la Amparito Jiménez, interpretando “Pepe” y todos cantaban:
“Cuando me aprietan bailando
Yo me siento sofocá
Cuando me aprietan bailando
Yo me siento sofocá
Pero si bailo con Pepe
Con Pepe no siento ná
Pero si bailo con Pepe
Con Pepe no siento ná”
Ayyyyyy….
Meneo de caderas, de hombros, brazos arriba, cambios de lado, apretujados, la transpiración dejándose sentir que, unida a los vapores etílicos, hacían de la fiesta un espectáculo entretenido. El dueño de la panadería se abrió paso entre las parejas y tratando de emular a la colombiana, se puso sobre la cabeza una botella medio llena que, dos segundos después, terminó en el piso hecha añicos; el vino salpicó a los que estaban cerca y otro poco acabó desparramado en el suelo. – ¡Oiga, vecino, córtela! Quero divertirme, no estar limpiando sus weás – dijo, enojada la secretaria de la junta, una señora entradita en carne, que lucía un escote súper generoso. Pá que voy a decir una cosa por otra, harto que me gustaba mirarla, así que esperaba el momento pá tirarme el lance.
El señor presidente estaba abrazado con el tanguero, su mano izquierda corría de arriba abajo por la pierna del viejo, que reía coqueto; el animador, tenía arriconada a una muchachita bastante tomada; mis caseros, en un rincón, dormían cabeza con cabeza.
Había empezado a sonar “La rajita de canela”, con Mike Laure:
“A Marina le gustaba, le gustaba la canela
y yo siempre le tenía su rajita de canela.
Ella siempre me decía: No te la puedo dar
No te la puedo dar, que te puede quemar
que te puede quemar, es como la candela”
Entonces, me animé y saqué a bailar a la secretaria, que ya me traía loco. ¡El trencito, el trencito!, gritaron los más entusiastas y, vamos agarrándonos por la cintura. Yo, ni tonto ni perezoso, me afirmé fuerte de las enormes caderas de la secretaria, que se movían pa´lante, p´atrás, pá la izquierda, pá la derecha. Puta, me tenía mareao, “caliente como plancha de campo”. Bueno, no era el único, toítos andaban tirando manos, besitos por aquí y por allá.
No quiero ser hereje, pero parecía la multiplicación de los panes, pero esta vez del vino, la cerveza y las poncheras, no se acababan nunca; era un chupar y chupar como “camello con fiebre”. Algunos vecinos habían juntado dos sillas y dormían la mona “a pata suelta”; los más duros, nos hacíamos huila bailando.
Con la secre tuvimos un adelanto en el baño, que a esas alturas de la madrugada tenía el piso todo meado, los papeles desparramados porque ya no cabían en el tacho, pero igual nomás, fue un rapidito a la paraguaya.
Como a las cinco, el presidente puso “La muerte de Tite” por la Sonora de Tommy Rey, agarró por atrás al tanguero, a grito pelao nos invitó a participar en el trencito, cantando:
“Que se murió Tite en la capital
y las mujeres preguntan
cuando lo van a enterrar.
Que se murió el Tite en la capital
y las mujeres preguntan
cuando lo van a enterrar.
A Tite lo entierran hoy
A Tite lo entierran mañana
A Tite lo entierran hoy
A Tite lo van a enterrar
A Tite lo entierran hoy
A Tite lo entierran mañana
A Tite lo entierran hoy
A Tite lo van a enterrar”
Abrió la puerta y salimos felices, al llegar al portón, de a uno los señores carabineros nos fueron subiendo a la cuca, que pacientemente, nos esperaba y nos fuimos cantando… “Orden y Patria es nuestro lema…” y yo pensé que era para invitarnos un café.
Me gustó. Me hizo reír, especialmente el final.
Muy cómico ,me hizo reír
Un relato simple, de total vigencia actual, muy bien elaborado. La autora introduce al lector en la fiesta. Muy entretenido, ágil y hace reír. Felicitaciones
Lo mejor que he leído. Entretenido, la historia desarrollada de una manera que atrapa y obliga a llegar al final!!
Muy divertido y dinámico. Ciertamente, el autor permite al lector ser partícipe de esta Fiesta alegre y simple.
Un relato muy entretenido y ameno dan ganas de haber estado en el carrete buenísimo
¡Que fiestón se mandaron!
Me gustó mucho, se siente el ambiente de fiesta.
Bravo!
Senti el animo de la fiesta. Lo suficiente como para sentir la musica mientras leia. Un relato bien escrito.
Bravo escritora estuve ahí bailando, divertido agil y genial,. Me gusta mucho tu pluma
jajaja,traslado a las palabras el ritmo de esa desenfrenada fiesta .Buen cuento
Un relato bien entretenido, jocoso y lleno de detalles, te hace participe de la fiesta, bastante desenfrenado y con un aterrizaje forzoso, los carabineros en la puerta invitándolos a subir a la cuca y calladitos¡¡ felicitaciones al autor¡¡
Entretenido relato, el final fome
Hay chispa.
jajajajajajaja, Muy bueno!!! relato bien escrito con una secuencia bastante clara. Rápido de leer y agradable lectura-
Bueno, entretenido relato, muy ameno de leer, buen final.
Me gustó el relato. Logra que uno se sienta partícipe de la emoción de la fiesta. Me gusta también que los personajes no tengan nombres propios, pero que uno logre armarse identidades bien específicas a partir de sus profesiones, comportamientos, etc. Finalmente, el cuento termina de manera tan cotidiana como empieza. Reafirma (de manera un poco irónica–considérese aquí el título) que toda la situación no era más que una instancia fugaz de celebración. También describe cómo esa fugacidad se cuela en el día a día y, por así decirlo, «ante la formalidad de la ley»/»las instituciones del orden».
Estilísticamente hablando: hay mucha coma y pocos puntos. Esto creo que es efectivo para dar cuenta del frenesí del momento, para dar la impresión de que todo lo que ocurre transcurre en un tiempo breve e impreciso (como a menudo pasa en las fiestas). Se me ocurre que en pasajes específicos, quizás podría probarse un cambio de estrategia, para así lograr diferenciar instancias más lentas/internas/reflexivas de las más colectivas y eufóricas. Puede que no venga al caso, dada la naturaleza del relato.
Lo otro que me llamó la atención fue el uso de comillas para dichos y expresiones coloquiales o informales («camello con fiebre», «a pata suelta», etc). ¿No serán más apropiados, en muchos de estos casos, las cursivas? También hay cursivas que producen cierta distancia entre el narrador y lo que está pasando. Tanto las cursivas como las comillas en muchos de estos casos se leen como un «por así decirlo». Es como si con las cursivas o las comillas el narrador estuviera pidiendo permiso, o demarcándose de lo informal y de todo lo que está pasando… a ratos esa distancia se siente fuera de lugar, porque el narrador es también personaje del relato y, además, parte de todo el carrete. O incluso podría servir como recurso, que a medida que avanza la fiesta, el narrador es cada vez menos consciente de estas distancias…
En fin, buen relato, entretenido, veloz. ¡Gracias por compartir!
Comparto con el uso de modismos y el uso de comillas o cursivas. Me parece que debería hacerse natural en un lenguaje informal y cotidiano. En este sentido, se siente demasiado uso de estos recursos gramaticales; quitándole, quizás, ese toque carnavalesco y pueblerino al relato. Como si no estuviésemos ahí.
Me hizo reír…relatado el evento con agilidad y dichos más que «gráficos» .
Bebida,baile y algo más…
Muy lindo.
Muy bueno, ameno, simpático. Su relato obliga al lector a leer sin parar hasta el final. Felicitaciones!
Me encantó participar de esta fiesta , me sentí invitada . El final me pareció más débil que su desarrollo .
Felicitaciones muy divertido
Moraleja…lo bebido y lo bailado no lo quita nadie, buen relato por fin palabras claras y sus significados.
Divertido, curioso rescate de palabras ciento por ciento chilenas, lo que hace que el relato, lo entendamos sólo nosotros. Me gustó
En general fue agradable este cuento. Sin embargo el final no me hizo sorprenderme, la lectura de la fiesta estuvo muy bien detallada y los bailes y palabras chilenas fueron un punto a favor.
– «Puta la fiesta pa guena ,en reírnos y chupar».
Ok. Me gusto mucho..está idea y contenido ( y lo digo con mucho respeto,sin que se tome a mal , por favor) se lo podrías vender a un stand up, porque es muy buena…me reí mucho . gracias por tu relato.
Excelente tu cuento Mariana!! Para la próxima fiesta no te olvides de invitar. Saludos
Ok. Lo tendré presente.
Realmente lo disfrute es divertido y dinámico, típica fiesta de pueblo y me encantó el final sin odios ni violencia. Como dice el dicho «como pecas pagas» bien asumido y con buen humor.
No está mal pero no me gustó tanto. Creo que ademas de contar de una forma graciosa hubiera sido bueno complejizar la historia. De todas maneras felicito a quienes se atreven a escribir y que los lean.
Mariana, muy bueno y divertido . Para mi gusto mejoro sin los efectos sonoros . Felicitaciones.
Refleja la cultura nacional de pueblo o barrio. Es fluido, dinámico y en un estilo de humor o comedia. Muy simpático. Me trajo recuerdos de las fiestas de la Junta de Vecinos de mi barrio.
Connotando el tema de género, le habría sacado más lustre al personaje de la secretaria y que aparecieran otros personajes mujeres.
Que güena fieeeestaaa!!!
Muy entretenido relato que te mete de lleno en ese barullo propio del baile popular, lo encontré ameno, divertido, ágil
Un cuento para pasar un rato y además te deja contento !!!
Felicitaciones Mariana, puntos y comillas más y/o menos, es un gran relato de algo tan trivial como una fiesta, pero tú lo elevas, con detalles ridículos y geniales. Me gusta tu visión, tu creatividad, tu simpatía para invitar al lector a esa fiesta. Salud!!!
Como dijo Pedro Vargas: «muy agradecida, muy agradecida, muy agradecida».
Me encanto el cuento muy buen relato, chistoso, liviano, muy especial para estos tiempos en que uno no ríe tanto por todo lo que acontece. Felicito a la autora
Buen relato , entretenido, buena descripción de la atmósfera y ambiente , personalmente quitaría un poco de letras de las canciones .
Me gustó mucho el relato, entretenido y ágil, creo que muestra claramente la idiosincrasia criolla, así tal cual, como somos los chilenos, por eso tanto detenido en parranda. Como dice el dicho, lo comido y lo bailado no me lo quita nadie.
Exelente relato !! …me resultó muy entretenido ,interesante , atrapa la lectura para llegar al final !! FELICITACIONES !!
La realidad nunca se termina como tela literaria para confeccionar fantasias. Aprovecharla
No me gustó. Se desperdició un buen tema por acudir a recursos facilistas como el incluir canciones populares y rellenar con eso gran parte del texto. Podría haber confiado más en su pluma y darse la oportunidad de crear un mundo propio.
Ni qué decir que me encantó. Entretenido de principio a fin.
¡Felicitaciones!
Chabacano! No se aprecia ningún valor literario, más bien muestra una realidad cultural muy acotada
Livianito, jocoso, alegre , rápido . El final como que desciende la chispa de todo el relato pero me sacó una amplia sonrisa. Entrete !!
Me encantó mucho este texto, siento que esta muy bien redactado, incluso con sus chilenismos incluidos no deja de ser excelente, a diferencia de otros escritos que llevan nuestro chilenismo y pierden el sentido al no saber atrapar al lector, no es este el caso y por ende, me encantó, siento que desee un principio la escritora introduce al lector en el contexto del relato, por un momento me desconecte de la realidad y sentí que yo era parte de aquella fiesta, eso es algo que no todos pueden lograr, nada más que decir, excelente escritora. Me gustaría leer más textos de esta persona.
Me encantó la historia, entretenida, ingeniosa, con harta » chispeza». Refleja la realidad, de un barrio cualquiera…me fascinó y el descenlace, de tanto jolgorio, también me gustó. Felicidades para la autora, pues me sentí en medio de la fiesta!!!