– Aunque el castigo sea eterno, no puedo evitarte, no puedo dejar de besarte y admirarte.
– Aunque el castigo sea eterno, llévame contigo quiero ser tuya hasta la eternidad.
Es lo que se decían mutuamente Crizó y Jalú, una pareja de guerreros enamorados a punto de ser condenados por los dioses de la creación.
Crizó quien luchó contra enemigos en antiguos mundos ya extintos, fue el encargado por mandato del triunvirato a custodiar la tierra, para que esta persevere y reciba nuevas civilizaciones que ayudarían a la procreación del universo.
Él, como toda su civilización eran seres gigantes, su altura llegaba a los quince metros, nacieron para luchar contra quien piense distinto y obedecer a los fundadores del universo.
En el momento que fue llamado para custodiar el planeta tierra, que recién había sido creada, de manera osada solicitó al triunvirato no estar solo.
-Protegeré con mi vida si es posible el planeta, pero a cambio deseo compañía, no quiero permanecer en soledad por siglos hasta la llegada de los nuevos habitantes.
Para la magistratura de dioses era una idea descabellada, solicitaron inmediatamente a los guardias para que retiraran al guerrero de la sala de audiencia. No podían permitir que un soldado impusiera condiciones, era un atrevimiento, una insolencia, pero uno de ellos pidió la palabra y habló en favor del guerrero.
-No encuentro tan descabellada su solicitud –los dioses se miraban entre sí–. Por favor, no me miren de manera extraña, analicen. Crizó se quedará solo en el planeta por siglos, mientras nosotros continuaremos creando otros mundos. Concedamos su deseo, él es un guerrero que se ha destacado, no perderemos nada.
Discutieron largamente la solicitud, sin embargo, el tiempo apremiaba para ellos, debían emprender.
-Jalú, es la única que lo podría acompañar, es otra de nuestras grandes guerreras, viene viajando de otra galaxia para una nueva misión -dijo uno de los dioses.
-Perfecto esperaremos su llegada –dijo quien lideraba el triunvirato.
Los guerreros no fueron concebidos para la procreación, los deseos de la carne no eran permitidos en su civilización, su único fin era proteger los mundos, nacieron para ser soldados.
Llamaron a Crizó para presentarse frente a ellos nuevamente.
– Concederemos tu petición, Jalú te acompañará en la custodia, confiaremos en ustedes.
Transcurrieron siglos en compañía, le dieron nombre a la naturaleza, a los océanos, a los cielos. Batallaron contra quien quisiera ingresar a la tierra, ellos custodiaban, no discernían si eran buenos o malos, su misión era proteger. Eran guerreros, grandes soldados. Sin embargo, no se dieron cuenta que uno de sus “enemigos” les inyectó a ambos un sentimiento que les estaba prohibido, el amor y la pasión.
Ambos sintieron una atracción mutua, la necesidad de tocarse, de mirarse con lujuria. Deseaban juntar sus labios y sentir el sabor del otro. Desconocían lo que sentían, pero sabían que les estaba prohibido el contacto físico entre ellos.
Los dioses los observaban desde lejos, pero jamás hicieron algo por interferir en esos deseos. Los guerreros debían batallar ante cualquier situación y sensación que los invadiera. Crizó y Jalú tenían un libre albedrío sabiendo las consecuencias de cualquier acción.
No lo pudieron evitar, grave error. Al retorno de los dioses serian castigados y encerrados por la eternidad, pero, aun así, no se detuvieron y no se privaron del sentimiento.
Se amaron, procrearon, tuvieron hijos, muchos hijos. Pequeños gigantes, ahora ellos eran los invasores de la tierra.
Después de mil años, el triunvirato cansado de fundar, regresó. Primera parada, planeta tierra.
Crizó y Jalú sabían que los encerrarían, pero sus hijos eran la demostración de su amor, por un momento pensaron que ablandarían el corazón de los dioses.
-¡Ustedes incumplieron nuestras ordenes! Su misión era proteger, los seres humanos vienen en camino y ustedes invadieron el planeta con sus hijos, ¡esto es un desacato! –dijo el dios que confió en el guerrero y lo defendió frente a los demás.
La pareja tomada de la mano bajó su rostro, pidiendo disculpas por sus almas débiles y sensibles.
-Lo hecho, hecho está. Merecemos su castigo. Con mi mujer acataremos sus órdenes.
-No es solo tu mujer, tus hijos deberán pagar por su desobediencia –dijo otro de los dioses-. Ustedes se tomaron el planeta y ahora vivirán eternamente en ella, sin embargo, sus cuerpos serán separados y cada uno será transformado en montañas, que son montículos de tierra que bordean los territorios.
Fue así como los gigantes dormidos quedaron separados hasta la eternidad en forma de cordilleras, cumbres y montes. Nació la vida, llegaron los humanos, pero nadie imaginó que el corazón de Crizó aún seguía vivo y latía por su amada Jalú. Cada cierto tiempo, su desesperación por ella provoca terremotos y deslizamientos de tierra, y cuando un volcán hacía erupción, era él, era su ira por la pérdida de sus hijos y su mujer por la perpetuidad.
Macarena, me encanta!!! Así nacen los grandes mitos. El mito de la creación y de los terremotos, desde el amor y la pasión. Es un lindo cuento!
Muchas gracias Selma, por tu comentario. Es hermoso crear y más si en nuestros textos podemos crear un nuevo mundo.
Es hermoso, has creado un mundo nuevo a través de un relato que nos mantiene al borde de un misterio permitiéndole al lector disfrutar de un momento de placer.
Hola, linda forma de ver las cosas, me gustó porque escogiste bien en narrarlo como tradición oral. Con eso le aportas fuerza a un relato, que innova en cuanto a idea de creación y lo hace verosímil. Te felicito!!
Muchas gracias Juan Carlos por el análisis que hiciste al cuento. Un abrazo.
Creativa, La Macarena, en un mundo desavitado donde seres reales quieren invadir. No fue al azar, que esos seres inoculacaron el amor, deseo. Es ahí, que cobra importancia, da vida al cuento.
Por qué ? hay una esperanza que trasciende, la de ser feliz.
Lo perverso es el triunvirato. Que hasta el subconsciente lo adopta como suyo. Y da signos, de que todo es gobernado por seres castigadores. Donde la felicidad está en un intenso juego.
Continúa qué vas próximo a escribir.
Un avatar.
Wow tu comentario me encantó. Es cierto el triunvirato eran los perversos que no dejaban que el amor trascendiera. Muchas gracias por comentar.
Un abrazo
Me encantó este cuento. Entretenido y fácil de leer, además le da un origen e incluso una razón de existir a algunos fenómenos naturales, que desde una perspectiva de creación bíblica no son lógicos.
Viviana, que gran mirada, muchas gracias por tu comentar.
Un abrazo
Me llamo mucho la atención que los gigantes debieran destruir a quienes pensaran distinto…un mal postulado.
Relató muy original
Muchas gracias Luz, en este planeta llamado Tierra quizás existía una dictadura o simplemente los gigantes no estaban hechos para el amor.
Un abrazo
Hola, Macarena. Me gustó tu cuento. Una mirada diferente a la creación. Solo una sugerencia, en el último párrafo tienes dos tiempos verbales; creo que deberías dejarlo en presente: «provoca terremotos y deslizamientos de tierra», «…un volcán hace erupción, es la ira…» Saludos, sigue escribiendo.
Hola Mariana, gracias por el detalle. Un abrazo
Hermoso relato. Vemos y sentimos representados acciones y sentimientos reales. Que durante siglos han sido mitificados para explicar de manera poética el origen del mundo y de lo humano. Me encantó. Gracias…!
Roraima si existiera emojis en esta web, te pondría muchos aplausos. Gracias por comentar.
Que Bonito!!! me gusto la forma de abordar la creación, el amor eterno, hermoso
Muchas gracias Anita María, te mando un abrazo.
Ganaste la apreciacion de todos: lindo cuento y esta bien escrito …bravo
Muchas gracias Carmen, un abrazo.
Creativo, mantiene el interés del lector
Muchas gracias Natasha🌸
No me gustó porque es una mala copia de la leyenda de los volcanes de México. Además, no tiene estructura de cuento.
Muy original la manera de abordar la creación, desde el amor y la oposición. Me encanto!
Muchas gracias Martha
Hermosa narración, sólo el amor puede obtener logros tan bellos cómo la creación. Te felicito.
Muchas gracias Sonia.
Bonito relato y entretenido .según cuentan :los descendientes de jalu estubieron en la tierra durante muchos siglos después de la llegada de los humanos y hay vestigios hasta el día de hoy en territorio británico .al final todos fallecieron debido a la contaminación provocada por los humanos .gérmenes virus patógenos etc.
Me encantó, felicitaciones a su autora. Me recordó en algún modo una leyenda Selk nam,